Una mirada casi crítica a la realidad. Siendo la realidad una acumulación de estupideces que empiezan a amontonarse de una forma realmente inquietante.
"The intelligence of the planet is constant, and the population is growing". Arthur C. Clark

viernes, 8 de octubre de 2010

Premios prestigiosos (además de mágicos)


Imagínese que un día recibe una notificación de la embajada de un insignificante país del que apenas sabe nada excepto que se celebran unas fiestas nacionales famosas por la maestría y habilidad de los lugareños para torturar y matar a inocentes animales, en dicha notificación le anuncian que ha sido premiado con el más alto galardón que se concede en el país.

Como el premio está dotado de una generosa recompensa pecunaria lo acepta, le pagan el viaje, el hotel, la comida por varios días, le expiden un certificado que puede añadir a su currículum y además tiene la oportunidad de conocer a otros escritores, artistas, científicos y deportistas que también han sido convocados para recoger tan lucrativo premio.
A cambio sólo ha de decir unas palabras ante personas de las que nunca antes había oído hablar en una sala lujosamente decorada, el premio lo recoge de manos de un príncipe, pero este hecho no es demasiado extraño porque en muchos países subdesarrollados y algún que otro desarrollado tienen monarquías con reyes que tienen hijos e hijas y que se denominan príncipes y princesas. Todo el mundo parece educado, culto, el príncipe en cuestión es alto y habla de forma correcta y educada. ¡Vaya! parece que el premio podría darle prestigio de verdad, quizá en el futuro este premio sea tan famoso como lo son los Nobel o los Darwin.
Imagíne que vuelve a su país con la figurilla bajo el brazo, feliz, orgulloso y algo menos pobre para continuar con sus investigaciones o su arte o sus entrenamientos. Le habla del premio a sus amigos, familiares y colegas, les muestra el certificado y les habla de los otros premiados y del buen clima del pais anfitrión y lo educada y cortés que era la gente allá.
Imagínese también que un día descubre que el príncipe del que recibió el galardón (y que también da nombre al premio) usa objetos mágicos para equilibrar energías metafísicas e inexistentes y también usa remedios fantásticos contra los dolores musculares que le provoca la práctica continua de deportes como la vela mientras más de cuatro millones de sus súbditos no tienen ni siquiera trabajo.
Y por último imagínese que usted ha dedicado su vida profesional a la ciencia y a la lucha contra la superstición, la magia y la charlatanería.
¿Cómo se sentiría al descubrir que recibe un premio de manos de un supersticioso que se deja timar por remedios mágicos y fantásticos?
Para que no tenga que hacer tanto esfuerzo imaginativo le ayudaré con un par de fotos que hablan por si solas.
Disfrútelas.

No hay comentarios: